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La Vuelta vuelve a apostar por la montaña y los finales explosivos

El pelotón tomará la salida el 25 de agosto desde el museo Pompidou de Málaga.

La Vuelta a España volverá a apostar por un perfil montañoso y unos finales explosivos que mantengan la emoción en su 73ª edición, presentada este sábado en Estepona (sur de España).

El pelotón tomará la salida el 25 de agosto desde el museo Pompidou de Málaga para acabar tres semanas después, el 16 de septiembre, en Madrid, tras recorrer 3.271,4 km a lo largo de 21 etapas, nueve de ellas con finales en alto.

"Son llegadas discutidas y discutibles pero funcionan, y creo que la épica del ciclismo moderno está en este tipo de recursos", dijo durante la presentación el director de la Vuelta, Javier Guillén.

En su apuesta por el espectáculo, la ronda española vuelve a apostar por la montaña, que se ha convertido ya en una de sus señas de identidad, incluyendo las nuevas cimas de Alfacar, Les Praeres y el Monte Oiz.

"La Vuelta es la Vuelta. Al final todo el mundo sabe a qué viene, a lo que se va a enfrentar y creo que esto gusta mucho", añadió Guillén.

- Contrarreloj individual nueve años después -

Hasta 46 puertos tendrán que afrontar los corredores en una carrera, que nueve años después comenzará con una contrarreloj individual en lugar de una por equipos.

Ya desde la segunda etapa, el pelotón se encontrará con la montaña en la subida al Caminito del Rey, como prólogo de una primera semana en el que los aspirantes a la victoria no podrán descuidarse.

En esta primera semana por el sur de España, los corredores subirán en la cuarta etapa al inédito alto de Alfacar, de primera categoría y con rampas de hasta el 14%, en el que los favoritos no podrán descuidarse.

La vuelta seguirá por tierras de Andalucía y Murcia con etapas favorables para los velocistas antes de girar al norte, para meterse en tierras castellano-manchegas, donde en la 9ª etapa, el pelotón ascenderá al alto de la Covatilla, tras recorrer 195 km.

Los escaladores tendrán en este etapa previa al primer día de descanso, una buena ocasión para marcar diferencias.

La carrera se dirigirá después hacia Galicia, antes de girar al este para entrar en la montaña cantábrica y su trío de llegadas consecutivas en alto, propicias a escapadas y que obligarán a los equipos a vigilar a los rivales para proteger a los líderes.

Los corredores subirán al alto de la Camperona en la 13ª jornada, antes de afrontar al día siguiente la llegada al alto de Les Praeres, una de las novedades en la ronda española con rampas de hasta el 15%.

El tríptico montañoso cantábrico se cierra con la llegada en la 15ª etapa en los míticos Lagos de Covadonga, donde se impuso en 2016 el colombiano Nairo Quintana, a la postre ganador de la Vuelta ese año.

"Es una de las etapas más duras de esta etapa, es un puerto muy especial. Será una etapa muy interesante", dijo el exciclista Joaquim 'Purito' Rodríguez, durante la presentación.

- Penúltima etapa explosiva -

Estas etapas podrían empezar a decidir el triunfo final a las puertas de la última semana de carrera, que tras pasar por tierras vascas y el inédito monte Oiz, en el Balcón de Bizkaia, con rampas del 18%, acabará entrando en Cataluña y finalmente en Andorra, donde el penúltimo día tendrá lugar una etapa explosiva.

Antes de llegar a Madrid al día siguiente, los corredores tendrán que recorrer 105 km entre Escaldes-Engordany y el alto de la Gallina, una dificultad de primera categoría, al que los corredores llegarán tras superar otras cinco cimas, tres de ellas de primera categoría, otro de segunda y un último de tercera.

Esta última etapa podría causar alguna sorpresa en la clasificación general, si los favoritos y el líder llegan justos de fuerzas.

Falta ahora por saber qué corredores aspirarán el próximo verano a suceder a Chris Froome en el podio madrileño.

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