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Fatma Samoura, primera mujer secretaria general de la FIFA: "Se rompe el techo de cristal"

"Es una oportunidad de demostrar al resto del mundo que el fútbol está abriéndose y que la diversidad es algo que se puede aplicar al fútbol".

Nombrada en mayo pasado, la senegalesa Fatma Samoura, primera mujer elegida como número 2 de la FIFA, estimó este martes en una entrevista a la AFP que en tanto que mujer, musulmana y africana, ella ha hecho caer "el techo de cristal" en un universo muy masculino y poco propicio a "romper las tradiciones".

Para la exdiplomática de Naciones Unidas, el fútbol femenino, hasta entonces el "pariente pobre" de este deporte, vive "un auge irreversible", en la víspera de la 40ª Jornada Internacional de los Derechos de las Mujeres.

Pregunta: Primera secretaria general de la FIFA, usted viene de un mundo ajeno al fútbol. ¿Tiene la impresión de haber roto barreras?

Respuesta: "Por supuesto. La FIFA existe desde 1904, por lo que 112 años después de su creación una mujer no europea, musulmana, ocupa este puesto. Efectivamente, es un pequeño techo de cristal que cae. Para mí, esta también una oportunidad de demostrar al resto del mundo que el fútbol está abriéndose y que la diversidad es algo que se puede aplicar al fútbol, incluido en su máxima instancia".

P: El fútbol es un mundo muy masculino. ¿Encuentra dificultades en su día a día por ser mujer?

R: "Me encuentro con dificultades, pero no por el hecho de ser mujer, sino porque era un mundo muy cerrado en el que la gente no tenía la costumbre de acabar con las tradiciones. Pero yo no me he encontrado que éste no sea mi sitio. La gente me habla con mucho respeto y consideración. Conocen mi pasado en Naciones Unidas. También hay muchos temas en el fútbol que me son familiares, porque hablar de diversidad, de inclusión, de la defensa de los Derechos Humanos, es algo que yo hacía a diario durante 20 años. Efectivamente, hay muchos estereotipos en el mundo del fútbol, como también a veces en la política. Necesitamos muchos ejemplos como el mío, espero que mi paso por la FIFA inspire a otros para que haya muchas mujeres en los organismos deportivos".

P: En el programa electoral de Gianni Infantino, elegido presidente de la FIFA en febrero de 2016, había un gran lugar al desarrollo del fútbol femenino. En los hechos, ¿en qué se ha avanzado?

R: "Me manifesté a favor de la igualdad de oportunidades en la contratación y promoción de las candidatas femeninas. Actualmente, a nivel de puestos júniors y directivos en la FIFA, tenemos más mujeres que hombres (61%), pero cuando subimos de jerarquía a nivel de ejecutivos superiores, estamos en el 42% de mujeres. Lo ideal sería que al término del mandato de Infantino en 2019, haya un 50% de mujeres que ocupen puestos de responsabilidad. Hemos creado una división dedicada 100% al fútbol femenino, también tenemos a una mujer al frente de la división encargada de las relaciones con las federaciones (la británica Joyce Cooke) y a nivel del Consejo de la FIFA somos tres mujeres, cuando no había ninguna hasta hace poco. Esto demuestra que el presidente Infantino no solo no ha cumplido sus promesas electorales, sino que cree también en la posibilidad de cambiar la sociedad a través de una mayor implicación de las mujeres en la gestión del organismo que dirige".

P: ¿El pago de ayudas a las federaciones está también sometido a criterios relacionados con el desarrollo del fútbol femenino?

R: "Existen dos criterios para poderse beneficiar de ayudas en el programa 'forward', sobre el que fue elegido el presidente Infantino. La ayuda destinada a las federaciones ha pasado de 400.000 dólares (378.000 euros) anuales a 1,250 millones de dólares (1,181 millones de euros). Para que las federaciones puedan acceder a estos fondos, deben tener una división que promocione el fútbol femenino. Es un imperativo para las 211 federaciones miembro. Nuestro objetivo es tener 60 millones de mujeres debidamente inscritas y que jueguen al fútbol antes de 2026, nos quedan menos de 10 años. Solo podremos alcanzar nuestro objetivo a través de las federaciones".

P: Los mundiales femeninos son un éxito, pero más allá de estos torneos el interés decae puesto que en muchos países no existen campeonatos femeninos...

R: "De ahí la idea de continuar invirtiendo mucho en el fútbol formativo y de seguir apoyando a las confederaciones para los torneos en cada región. No tuve la oportunidad de asistir a la última Copa de África de Naciones femeninas (en noviembre-diciembre de 2016 en Camerún), pero fue algo extraordinario. Normalmente en África, cuando las mujeres juegan, siempre que no sea una final, no hay más de 2.000 espectadores en el estadio. Allá, en cada partido, hubo un mínimo de 13.000 personas. Esto demuestra que el fútbol femenino, que era el pariente pobre del fútbol, está alcanzando una nueva dimensión y su auge es a mi entender irreversible. Lo fundamental es ahora fomentar la visibilidad y atraer patrocinadores para que sea un deporte financieramente independiente. Actualmente, es la Copa del Mundo masculina la que financia el resto de campeonatos y es inaceptable que en el siglo XXI, con un 50% de la población compuesta por mujeres, dependamos completamente de un solo campeonato para poder financiar las actividades femeninas".

P: Usted dice que la mujer es el futuro del fútbol ¿Es solo un eslogan o lo cree realmente?

R: "Lo creo firmemente. Cuando veo el nivel de entusiasmo que despertó el Mundial femenino (en Canadá-2015) y la pasión en la preparación día a día de la Copa del Mundo de Francia-2019, que se celebrará sobre todo en la ciudad en la que estudié, Lyon, yo digo '¡bravo!'. Ahora solo hace falta que el dinero aportado sea consecuente".

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