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Rio 2016 promete legado sin elefantes blancos

Rio de Janeiro pretende demostrar además que es capaz de organizar este megavento a un costo que no sea exorbitante

Un viaje al futuro: es el 21 de agosto de 2016, y acaba de apagarse el fuego olímpico anunciando el fin de los Juegos de Rio de Janeiro. ¿Y después? Los organizadores prometen un legado sin elefantes blancos.

La cancha del balonmano se desmontará para construir cuatro escuelas, algunos gimnasios servirán de centros de entrenamiento de alto nivel, y la cancha de básquetbol hará las veces de lugar de eventos.

"Esta va a ser la Olimpíada del legado, hicimos una serie de planos para no dejar elefantes blancos", aseguró este miércoles el secretario ejecutivo de la alcaldía de Rio de Janeiro, Pedro Paulo, en una rueda de prensa a casi un año de la ceremonia de apertura, el 5 de agosto de 2016.

Un año después del Mundial de fútbol de 2014, el otro gran megaevento deportivo organizado por Brasil, varios de los 12 estadios comienzan a mostrar señales de "elefantismo blanco" por ausencia de grandes clubes que garanticen su uso constante.

El de Cuiabá, en Mato Grosso, ya tuvo que ser cerrado por problemas estructurales, y el de la capital Brasilia, el más caro en remodelar, terminó siendo utilizado como edificio de oficinas y estacionamiento de buses.

 

- Los costos -

 

Rio de Janeiro pretende demostrar además que es capaz de organizar este megavento a un costo que no sea exorbitante: su financiamiento es en 57% de fondos privados y 43% públicos.

Boston renunció el martes a ser candidata a los Juegos de 2024 por temor a gastos excesivos para las arcas de la ciudad.

Rio tuvo "desde la largada la gran preocupación de controlar el costo de los Juegos. La tendencia era de gastar más en cada Olimpíada. Logramos organizar unos Juegos con un presupuesto menor que el de Londres", dijo a la AFP Leonardo Gryner, vicepresidente del comité organizador local de Rio-2016. 

El costo total de los JO de Rio, que comenzarán el 5 de agosto de 2016, es estimado por Gryner en 36.500 millones de reales (10.870 millones de dólares al cambio actual). Los Juegos de Londres-2012 costaron unos 11.600 millones de dólares, los de Pekín-2008 unos 33.000 millones de dólares y los Juegos de invierno de Sochi-2014 un récord de 40.000 millones.

"Creo que vamos a demostrar que es posible hacer unos Juegos con estándares de excelencia para los atletas y espectadores a un costo compatible con las posibilidades de la ciudad, y que eso alentará a otras ciudades del mundo a organizar Olimpíadas en el futuro", añadió Gryner.

 

- Al día -

 

El espíritu olímpico se traduce en obras en cada esquina de Rio de Janeiro: un tranvía en el centro, la ampliación del metro hasta el barrio de Barra da Tijuca, donde estará situado el Parque Olímpico y la Villa de los Atletas, un museo en la zona portuaria.

Y se construyen además las instalaciones deportivas, que ya van tomando forma.

"Todas las obras están al día, claro con sus problemas, e incluso aquellas que eran un desafío están incluso adelantadas", indicó Paulo, asegurando que las constructoras investigadas en el caso de corrupción de la estatal Petrobras no han fallado a sus compromisos.

Paulo ofreció una rueda de prensa en la Arena Carioca 3 del Parque Olímpico, donde se disputarán las competencias de esgrima y taekwondo y donde ya hay sillas en las tribunas cubiertas con bolsas plásticas llenas de polvo, constató un periodista de la AFP.

El velódromo, aún sin techo, parece ser la obra más atrasada, mientras que la estructura de concreto de la cancha de tenis se levanta con ímpetu.

Después del fin de los Juegos, el plan de la alcaldía es convertir 60% del Parque Olímpico, el mayor del evento, en áreas públicas, y 40% en proyectos privados como comercios y residencias.

La Arena 3 será una escuela deportiva post-Juegos, y se construirán ahí una pista de atletismo así como  alojamiento para deportistas de otros países.

El parque de Deodoro, en el norte de la ciudad y rodeado de favelas, se convertirá en un parque público.

El financiamiento del legado y su mantenimiento aún se está estudiando, pero en principio se dividirá entre la alcaldía, el Comité Olímpico brasileño, el gobierno federal y empresas privadas.

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