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Las etapas clave de la última semana del Giro de Italia

Tom Domoulin sigue siendo el líder de la ronda italiano, el segundo es el colombiano Nairo Quintana.

Cuatro etapas de montaña y una contrarreloj figuran en la parte final del menú de la 100ª edición del Giro de Italia, que finaliza el domingo en Milán.

- Martes: 16ª etapa Rovetta - Bormio (222 km)

Tres gigantes en la etapa reina. Para comenzar, el asfixiante Mortirolo, una de las ascensiones más duras de Europa (12,6 km al 7,6 %), subida por la vertiente por la que normalmente se desciende. Luego el majestuoso Stelvio, el techo del Giro con sus 2.758 metros. Al final, la vertiente suiza del Stelvio, el Umbrailpass, empinado pero regular. Cerca de 50 kilómetros de subida en toda la jornada.

- Jueves: 18ª etapa Moena - Ortisei (137 km)

Subidas y descensos se alternan sin cesar en esta etapa en los Dolomitas en un concentrado de alta montaña. Cinco puertos (Pordoi, Valparola, Gardena, Pinei y Pontives), con cerca de 4.000 metros de desnivel positivo se ofrecen a los escaladores en cuatro horas de carrera. El día se anuncia duro para los nervios de los ciclistas.

- Viernes: 19ª San Candido - Piancavallo (191 km)

Regreso a Piancavallo, por donde el Giro solo pasó en 1998, el año de la victoria de Marco Pantani. El ascenso final es hacia la estación de Friuli, construida en los años 60 y de 15,4 kilómetros, empinada en sus dos primeros tercios (9 % de desnivel) antes de un final más sencillo.

- Sábado: 20ª etapa Pordenone - Asiago (190 km)

El Monte Grappa, campo de batalla histórico de la Primera Guerra Mundial, está situado a menos de 70 kilómetros de la meta. El puerto, en el que Quintana ganó una cronoescalada en 2014, precede un largo descenso y una subida hacia la ciudad medieval de Asiago par Foza, último obstáculo del día en los 20 últimos kilómetros.

- Domingo: 21ª etapa Monza - Milán, contrarreloj individual (29,3 km)

La salida de la etapa se dará desde el famoso circuito y la meta estará a los pies del Duomo. Tras una primera vuelta a Monza, el recorrido, llano en casi su totalidad, privilegia las largas rectas hasta llegar a Milan, donde se cierra esta 100ª edición de la carrera rosa.

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