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Yo soy del DIM... Y no del poderoso

Yo soy del DIM por más de 100 razones que fácilmente podría enumerar pero que por falta de espacio, no alcanzaría.

Yo soy del DIM empezando por mí padre, Guillermo, quién en compañía de mí madre, Eugenia, otra hincha del DIM, me traen al mundo en 1954, año en el cual no sólo nace la TV en Colombia, sino el Deportivo Independiente Medellín, el primer equipo fundado en Colombia. Ya sé que visto así, las cuentas no dan con respecto al centenario del DIM; es fácil de explicar: Las actas de fundación del Medellín Futbol Club figuran desde el 14 de Noviembre de 1913, pero el primer documento oficial confirma a su primer presidente al escritor José Luis Restrepo, el popular "ñito" Restrepo, un 14 de abril de 1914. Desde esa fecha se llamó Medellín F.C., hasta 1954 cuando nacimos el DIM y Yo.

Yo soy del DIM desde el primer día cuando mi padre me llevó al estadio Atanasio Girardot con poncho en el cuello para sentarnos en la tribuna de preferencia numerada (mí viejo en esa época era socio del DIM) para ver un partido frente al Cúcuta, el de Verdun, Brusessi, Mario Tull, Burrito González etc. Desde esa tarde empecé a repetir de memoria los nombres de Fernando Sierra, arquero, quién terminó siendo primo por parte de mí papá, Guillermo González Sierra. Una tía me contaba que hasta Don José Sierra, el famoso Pepe Sierra, el de la calle 116 de Bogotá, era pariente mío.

Los otros jugadores de mí primer recuerdo vivo del Dim, fueron Ramacioti, Perfecto Rodríguez, un crack al que le decían el "maletón" recientemente fallecido, Uriel Cadavid, Mario Agudelo (vendido al Cali en $150 millones de pesos) Pecora, Canocho Echeverri, Cuca Aceros, Pacho García, el primer poli funcional que conocí, no le faltó sino atajar.

Soy del DIM porque me enseñaron a querer un equipo sin mirar la tabla de posiciones. Soy del DIM porque al año siguiente de mi nacimiento,1955, ganó su primera estrella sobre la que me hablaban mis tíos y vecinos que vieron al gran Charro Moreno el exRiver Plate, la famosa maquina del futbol argentino.

Soy del DIM desde que tuve el honor de conocer en persona al gran Efraín ‘El Caimán’ Sánchez, nuestro arquero campeón del 55 y 57. Amigo personal de mí padre. El gran Caimán de Boedo, el barrio de San Lorenzo de Almagro, símbolo del futbol gaucho del cual copiaron el primer escudo del Medellín F. C. Después se armó el escudo en forma de corazón, el que yo pintaba en mis cuadernos, las paredes, en los carros sucios, en los vidrios empañados cuando llovía. Ese escudo rojo y azul con una línea que lo cruza como en el escudo de Cupido, con sólo 2 estrellas que a mí no me importaban mucho cuando me lo comparaban con otros escudos llenos de títulos. Los colores del DIM son los que mejor lucen en una cancha y en cualquier uniforme.

Cuando llego a Bogotá en el año 1980, lo primero que digo en mí empresa RCN fue:”vengo a defender los equipos de Bogotá, que no tienen prensa, que hace rato no salen campeones, porque al juntar los colores del Santa Fe y Millonarios, me arman el DIM.

Soy del DIM porque tuve el honor de ver jugar a Corbata, uno del grandes genios del futbol mundial, exRacing,el otro amor que yo tengo desde niño, por esa razón. Soy del DIM porque tuve como compañero de estudios en el Politécnico de Medellín al gran Canocho Echeverri, el jugador que más veces defendió la camiseta del DIM, 457 partidos en Liga y 10 de Copa Libertadores. Allí en el Poli lo encontré estudiando Tecnología Deportiva. Yo pasé por allí una vez terminé Comunicación Social en la U de Antioquia.

Soy del DIM porque no importaron 45 años sin salir campeón para seguirle siendo fiel. Soy del DIM por un mandato de mi padre, ex pintor al oleo, pescador, farmaceuta, ex arquero de Millonarios en la época dorada de Ochoa, Cozi, Diestefano, Rosi y Zuloaga. Mi padre una vez tiró esta sentencia en una noche de tangos y guaros:”a esta casa nunca entraran ni hinchas de Nacional ni godos (conservadores)”.

Después llegaron los años del” Poderoso” que a mí no me tocaron porque ya vivía en Bogotá. Lo único que viví de ese DIM fueron sus títulos posteriores porque me tocó narrarlos, pero no celebrarlos como hubiese querido: dando la vuelta a olímpica en la cancha envuelto en la bandera, con desfile por la ciudad y tomando guaro en la esquina con los amigos del barrio.

Por todo esto es que yo soy del DIM y no del poderoso.

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