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El Heat tendrá que sudar la camiseta en la Caldera del Diablo de Dallas

Pese a la sonrisa de oreja a oreja que mostraron en los entrenamientos LeBron James y Dwayne Wade, el Miami Heat tendrá que sudar fuerte la camiseta este domingo en la Caldera del Diablo de Dallas, sede del tercer partido contra Mavericks en la final de la NBA.

Con la serie al mejor de siete empatada 1-1, Dallas regresa a sus predios inspirada en la épica victoria del jueves último, cuando remontaron una desventaja de 15 puntos para derretir al Heat en su propio asador de la American Airlanes de Miami. En la mente de los jugadores del Heat perduran aún los infames 7 últimos minutos del segundo juego, cuando Dallas les superó por 22-5 para escapar de lo que parecía una inminente derrota. "Tomamos nota. Nuestra ofensiva no estuvo a buen ritmo, y al final del partido colgamos el sombrero de la defensa", expresó James en tono relajado, al término de la práctica del Heat este sábado. Miami debe tener los ojos, y los brazos, bien abiertos para frenar a Dirk Nowitzki y sus tiros imposibles, pero efectivos. Dallas ha contado con otro factor en esta serie para limitar al mínimo posible el daño de LeBron James en los finales del partido, algo que le falló en el segundo encuentro en Miami. Se trata del veterano alero Shawn Marion, un hombre que ha hecho calladamente su trabajo, con un gran aporte ofensivo y buena marca en rotación sobre el superastro del Heat. "Ahora mismo tiene el trabajo más duro del planeta marcando a James, y acaba de salir de una serie en la que estuvo persiguiendo a (Kevin) Durant", indicó el entrenador de los Mavs, Rick Carlisle. "La experiencia de Shawn, Jason (Kidd) y Dirk (Nowitzki) es un sello de garantía en el terreno", añadió Carlisle. Wade también se mostró optimista, y destacó que de seguro el equipo se recuperara de lo que calificó como "un golpe mental". "Somos un grupo resistente. Desde que nos montamos en el avión para venir acá, pusimos nuestra mente, cuerpo y espíritu listo para el Juego 3", acotó. "Se trata de una larga serie, ¿de acuerdo? Así que no estamos contentos con lo que pasó, pero tenemos una oportunidad de enmendarlo". Si conocieran lo que dicen las estadísticas, LeBron y su amigo D-Wade no estarían tan optimistas. Desde que las finales de la NBA adoptaron el formato de 2-3-2, cada vez que se han dividido los dos primeros partidos, el ganador del tercer tope ha ganado el título en todas las 11 ocasiones previas. Chris Bosh, la tercera parte de la mesa de juego miamense, se mostró más reservado en la conversación con la prensa, que le acosó queriendo saber como enfrentará el hecho de jugar contra el equipo de su ciudad natal, delante de amigos y familiares que apoyaran sin dudas a los Mavericks. "Mi familia y yo hemos tenido conversaciones sobre la diferencia entre la temporada regular y ahora", dijo Bosh. La primera vez que Bosh regresó a Dallas como jugador de la NBA fue en 2003, con los Toronto Raptors. Entonces pidió 175 boletos para su familia y amigos. En su visita más reciente, en la temporada regular, sólo solicitó pases para su madre y hermanos. "La emoción de jugar en casa ya pasó. Sólo me concentro en tratar de ganar partidos. A medida que uno envejece, se vuelve más una tarea que una diversión".
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