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Saltadora colombiana Caterine Ibargüen apunta a lo más alto en Londres-2012

Aislada de las altas expectativas que ha creado en Colombia, la saltadora Caterine Ibargüen afronta los Juegos Olímpicos de Londres-2012 como una nueva oportunidad para superarse a sí misma dentro de una dilatada carrera en la que probó varias especialidades.

La atleta se concentró en los últimos años en el triple salto, aceptando los insistentes pedidos de su técnico, y no tardó en exhibir un formidable progreso que le deparó una medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Guadalajara-2011 y una de bronce en los Mundiales de Atletismo de Daegu-2011. Colombia tiene a Ibargüen como su valor más seguro para Londres mientras ella, desde su residencia en Puerto Rico, evita la presión y calcula el esfuerzo que le aguarda en su asalto al podio. Los 14,95 m que saltó en abril en la altura de Medellín (unos 1.500 m), la mejor marca mundial del año, "son superables". "Para eso entreno, para superarme cada día", afirmó la colombiana en una entrevista con la AFP desde Puerto Rico. "Hay que competir muy bien. Los 15 metros no serán suficientes para conseguir una medalla", proyecta la colombiana, cuya mejor marca personal es 14,99 m. En cambio, la atleta prefiere no pensar en sus probables rivales en la cita olímpica, como la cubana Yargelis Savigne, la ucraniana Olga Saladuha y la kazaja Olga Rypakova. "Todas las atletas que lleguen a Londres serán mis rivales. Porque cada una ha hecho el mayor de sus esfuerzos para llegar en buenas condiciones a estas competiciones. Y en el deporte no hay nada escrito", sostiene Ibargüen. De lo que está convencida es que el pasado Mundial de Daegu, en el que Colombia subió por primera vez al podio con el bronce de Ibargüen y el del marchador Luis Fernando López, será recordado como el punto de inflexión del atletismo colombiano que ahora deberá afianzarse en Londres. "Aquellas medallas ayudaron a muchos deportistas colombianos a darse cuenta de que sí se pueden conseguir buenos resultados", asegura. Ibargüen nació hace 28 años en la humilde localidad de Apartadó (noroeste) de la región afrocolombiana y bananera de Urabá. Fue criada por su abuela en un entorno de violencia producto del enfrentamiento entre grupos guerrilleros y paramilitares. Su físico explosivo la ayudó a destacar y a los 14 años se trasladó a la cercana Medellín, donde empezó a ser entrenada por instructores cubanos que, buscando explotar todo su potencial, la animaron a ensayar en varias disciplinas. De las pruebas de velocidad pasó al salto de altura, en el que no pudo brillar en los Juegos Olímpicos de Atenas-2004 y los Mundiales de Helsinki-2005 y Berlín-2009. También ha practicado con éxito el salto de longitud, en el que se colgó un bronce en Guadalajara-2011, pero finalmente decidió especializarse en el triple salto pese a sus reticencias a dar un nuevo giro a su carrera. "Fue idea de mi entrenador, (el cubano) Ubaldo Duany. Una magnífica idea", recuerda la atleta. "Él me explicó todas las ventajas y beneficios que podría tener en esta prueba y comenzamos a trabajar. Gracias a Dios todo nos ha salido bien hasta el momento".
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