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La tarde se la llevó el encierro de Santa Bárbara

Si se pudiera hablar de algún ganador en la penúltima corrida en Medellín, habría que declara al encierro de la ganadería de Santa Bárbara, por lo bien presentado y el buen juego expuesto en la Macarena. Algunos se atrevieron a decir que desbordó a los toreros.

Se registró la entrada mas pobre de la temporada con media plaza en los tendidos de La Macarena. Se lidió un encierro de la ganadería de Santa Bárbara, del capitán Carlos Barbero, bien presentado y tres toros de extraordinario juego.

Juan Bautista Jalabert, saludo desde el tercio y silencio
Ricardo Rivera, palmas, bronca y palmas en un toro de regalo
Juan del Álamo, silencio y saludo desde el tercio

Numéricamente el resultado de la corrida no reflejó el interesante festejo que se vivió, sobretodo por el juego encastado de los toros.

Jalabert se quedó corto en aprovechar las buenas condiciones de su primer toro que en últimas terminó desbordando al torero francés. En su segundo estuvo más variado pero con intermitencia.

Ricardo Rivera, para quien escribe esta reseña se confunde a la hora de describirlo, ya que tiene buenas maneras, torea bien y es valiente, pero hace una mezcla peligrosa con ingredientes que de seguir así podrían malograrlo para la tauromaquia y me refiero al irrespeto que a veces asume con el público, sus compañeros y hasta con su profesión. Es distinto sí, pero hay que estar más centrado y por ahora se le perdonan esos atrevimientos, ojalá más adelante no sea tarde para descubrir que esta profesión de torero va más allá de pegar buenos muletazos.

Juan del Álamo, pechó con lo menos potable del encierro y cuando hubo oportunidad de sobresalir, fueron los aceros lo que lo hicieron pasar de inédito, sin embargo, el joven salmantino es voluntarioso y serio en su quehacer

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