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Sentar al ídolo Ricardo Quaresma, primer golpe de autoridad de Lopetegui

En los 24 partidos oficiales en los que participó el pasado curso -coronado con 9 goles y espectaculares jugadas-, vio once amarillas y fue una vez expulsado.

Si al ídolo y capitán del Oporto, Ricardo Quaresma, se le notó sorprendido el pasado miércoles por su suplencia en Lille, estar fuera de la convocatoria del sábado ante el Paços de Ferreira le debió extrañar aún más.

"¿Quaresma? Escogí a 18", dijo entonces de forma lapidaria el español Julen Lopetegui.

El regreso de Quaresma a la convocatoria del Oporto, que mañana se juega su pase a la fase de grupos de Liga de Campeones ante el Lille, ha reabierto el debate entre los aficionados. "¿Se trata de una simple gestión del plantel o un castigo?", se cuestionan muchos.

Lopetegui ha sido hoy pétreo en esta cuestión: "Quaresma es un jugador más del equipo, está a disposición del entrenador y no hay mucho más que decir", respondió a los periodistas, instantes antes de anunciar la convocatoria del extremo portugués.

El internacional portugués, de 30 años, es una institución en el club norteño, al que regresó el pasado enero después de haber militado entre el 2004 y el 2008.

Esos años, sus mejores como profesional, le sirvieron para superar su desafortunada experiencia en el Barcelona (2003-2004), que le había contratado del Sporting de Lisboa con el rótulo del "nuevo Figo".

El ascendente de Quaresma en un vestuario del Oporto con pocos veteranos -el portero brasileño Helton le supera en antigüedad, pero está lesionado de gravedad- y su conexión con la grada y la Dirección le situaban en un posición privilegiada.

Pero a Lopetegui, que a sus 47 años afronta el primer gran desafío como entrenador de un coloso europeo, no le tiembla el pulso.

En el debut liguero ante el Marítimo de Funchal, puso a Quaresma de titular, pero en el importante encuentro de ida en Lille optó por reforzar el medio del campo con Rúben Neves, un adolescente de 17 años. Disputó solo los últimos minutos en la victoria portuguesa (0-1) y entró con mal pie. Cada balón que tocó lo perdió.

"No me lo esperaba, pero son decisiones del entrenador", declaró a la prensa entonces, ávida por confirmar si se había negado a saludar a los aficionados del Oporto desplazados a Lille.

"No empiecen a montarse películas, no sucedió nada de eso. Fui al vestuario normalmente. El equipo está de enhorabuena", se limitó a responder con cierta displicencia.

Si dejarle fuera de la convocatoria del sábado pasado, cuando el Oporto venció en Liga 0-1 al Paços, fue un castigo por su actitud o no está por descubrir, pero lo que es cierto es que el capitán del club tiene competencia de calidad para su puesto de extremo.

Cristian Tello, cuya lesión ha podido ser la razón de la convocatoria de este martes de Quaresma, Adrián López y Yacine Brahimi, todos ellos procedentes del fútbol español, son opciones de lujo para el entrenador vasco.

Ricardo Quaresma, que entre el 2008 y el 2014 tuvo experiencias poco exitosas en clubes como Inter de Milán o Chelsea, ha mostrado tanto talento entre las cuatro líneas como temperamento incontrolable.

El indomable canterano del Sporting de Lisboa ha captado también la atención mediática por cuestiones de disciplina. A finales del pasado curso y después de una dura derrota, se enzarzó en una tangana con futbolistas del Nacional de Madeira.

"El Mustang", como se le conoce en Portugal por su potencia y clase, también ocupó portadas de periódicos sensacionalistas por episodios ajenos al balompié.

En enero del 2012, fue blanco de un asalto en un problemático barrio de su Lisboa natal.

Le robaron 8.000 euros en billetes de 500, un pendiente con diamantes incrustados valorado en 25.000 euros y un anillo de 7.000 euros, entre otros objetos de valor.

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