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Alejandro Falla
Alejandro Falla, nuevo capitán de Colombia en Copa Davis.
AFP

Capitanes nuevos, carácter a prueba

El tenis femenino y masculino en Colombia tendrá a dos íconos para la temporada 2020.

Fabiola Zuluaga y Alejandro Falla estarán al frente de los equipos colombianos de Fed Cup y Copa Davis respectivamente a partir de 2019. Merecido nombramiento pues los dos transmiten mensajes ganadores a las nuevas generaciones.

Por los lados de Fabiola, la tenista colombiana que más lejos ha llegado en la historia, número 16 WTA en 2005 y semifinalista del Abierto de Australia en el mismo año, así como múltiple campeona de torneos WTA, la cosa pasará por la confirmación de una nueva generación de tenistas que comienzan a hacer su presentación a nivel profesional después de haber estado en los primeros lugares en la categoría juvenil a nivel mundial.

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El hecho de hacer parte de este proceso de transición en la vida deportiva de María Camila Osorio y Emiliana Arango, las dos cartas principales del país, representa para el tenis colombiano el combo ideal. Las dos jóvenes tenistas ven en Fabiola a una referente, a alguien en quién creer ciegamente, alguien que cumplió con todas las metas que ellas hoy se proponen. Tampoco se puede descartar la presencia de María Fernanda Herazo si es que se compromete a trabajar por el equipo. Ellas tres llevarán el escudo de Colombia por un buen tiempo.

El enemigo de la cucuteña como siempre, estará dentro. El presidente de la Federación, David Samudio, es juez y parte. No solamente porque su hija Antonia compite, por ahora entre las juveniles, por llegar a la élite mientras su papá  ejerce como  la máxima autoridad del tenis nacional. Su voz, por estatutos, está por encima de la de la comisión técnica. Ojalá el directivo sepa diferenciar bien las cosas y su participación se limite solamente a apoyar lo suficiente a Fabiola como para pedirle resultados después. Zuluaga tiene carácter de sobra y esto normalmente no les gusta a los directivos.

Por el lado de los hombres, Alejandro Falla asume la capitanía. Su reto será iniciar el cambio generacional en el equipo de Copa Davis. No la tendrá fácil, púes de todos es conocida su cercanía personal con Giraldo, Cabal, Farah y demás integrantes de una generación que, por los lados de los doblistas, promete muchos años más, pero por los lados de Giraldo, salvo un ascenso en su nivel que no se ve hace ya un par de años, tendrá que gestionar un digno adiós al corto o mediano plazo. No será fácil para Alejo que durante su carrera demostró absoluta independencia de Giraldo.

Además el cambio no será fácil. Si bien Cabal y Farah tienen futuro todavía, en materia de sencillos hoy no contamos con ningún jugador cerca del Top 100. Daniel Galán debería tener su salto definitivo a la élite en 2020 y si esto se da, habrá tranquilidad para buscar la raqueta número dos, lugar  que, si la evolución natural continúa, deberá ser para Nicolás Mejía, quien ya fue número cuatro del mundo a nivel juvenil y en su primer año como profesional terminó jugando de manera reiterativa torneos Challenger. 

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De ahí para atrás hay pocas esperanzas. Cristian Rodríguez y Eduardo Struvay están consolidados en torneos Future y en el final de sus veintes siguen esperando el gran salto a la élite. Alejandro González podría ser una carta porque el tenis que mostró en Madrid es el mismo que lo llevó al Top 100 durante más de una temporada. Si supera los demonios internos podría llegar de nuevo a un lugar de privilegio.

Así las cosas, el reto para Falla no solo radicará en desactivar la bomba de tiempo en que se ha convertido la presencia de Giraldo en el equipo. La presencia del pereirano debiera estar condicionada únicamente a su nivel a la hora de las confrontaciones. También tendrá que, si el nivel de Mejía lo permite, acercarlo al equipo y lograr que se superen los dolores causados en todas las partes por la convocatoria y posterior desafectación inexplicable de hace un par de meses para las finales de Madrid. Y como si fuera poco tendrá que involucrarse en los procesos de las categorías juveniles porque de cara al futuro, para ser francos,  es muy poco lo que se ve.

Carácter, esa es la palabra que definirá el éxito o el fracaso de dos de los tenistas más queridos y  respetados de la historia de nuestro país. 

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Antena 2
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