A 12 meses que la pira olímpica se encienda por primera vez en un país tropical, Rio de Janeiro, cuna del samba pero también manchada por la violencia y el caos, es un colosal cantero de obras que avanzan a buen ritmo.

Grúas, tractores y camiones demuelen, construyen y trajinan ruidosamente, levantando polvaredas. Apartamentos enteros tiemblan mientras bajo tierra un nuevo túnel del metro se abre paso.

"Vemos con un nivel de satisfacción muy grande que vamos a poder entregar en forma cronológica todas las obras", dijo a la AFP el ministro de Deportes, George Hilton.

Tras el éxito contra todo pronóstico del Mundial de fútbol de 2014, luego de retrasos y violentas protestas, la presidenta de Brasil Dilma Rousseff promete unos Juegos "perfectos" en los que 10.500 atletas de 205 países competirán en 42 disciplinas por 306 medallas.

Los expertos alertan sin embargo sobre las promesas incumplidas de descontaminación de las nauseabundas aguas de la Bahia de Guanabara, quizá el basurero más bonito del mundo, donde se disputarán las competencias de vela y windsurf.

"No hay un segundo que perder", advirtió la semana pasada Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional, y anticipó que las obras se extenderán hasta el día de la apertura de las Olimpíadas, el 5 de agosto de 2016.

"Los Juegos van a tener lugar. Pero algunas de las obras no terminaron aún y eso es preocupante", dijo a la AFP Lamartine DaCosta, experto en Juegos Olímpicos de la Universidad de Rio (UERJ) y editor de un libro sobre el futuro de los megaeventos deportivos.

 

- Desafío Nº 1: agua limpia -

 

Entre los desafíos de los organizadores, "el mayor es la limpieza de la bahía de Rio", advirtió el jefe del COI.

Además de inquietudes sobre la salud de los atletas en contacto directo con materia fecal, la basura flotante puede reducir la velocidad de las embarcaciones, con consecuencias catastróficas para los competidores.

Cerca de 75% de las aguas servidas de los 12 millones de habitantes del área metropolitana de Rio no son tratadas, y gran parte desemboca directamente en esta bahía de idílico paisaje.

Las autoridades de Rio comenzaron prometiendo que limpiarían toda la bahía, luego bajaron la meta a 80% y ahora el gobernador de Rio, Luiz Fernando Pezao, afirma que no sabe cuánto podrá limpiarse.

Pero Leonardo Gryner, vicepresidente de Rio-2016, aseguró a la AFP que en 2016 "un 80% de las aguas servidas serán tratadas".

 

- Transporte: el mayor legado -

 

Los Juegos prometen cambiar la realidad de miles de cariocas que utilizan cada día el obsoleto y congestionado transporte público.

La extensión de una línea de metro desde la zona turística de Rio a Barra da Tijuca, corazón de las competencias olímpicas, será concluida en junio, promete el vicepresidente de Rio-2016.

También se construyen decenas de kilómetros de nuevas vías de bus, rápidas y exclusivas, que conectarán el aeropuerto internacional y las cuatro zonas olímpicas de la ciudad.

"El mayor legado de los Juegos Olímpicos será el transporte", opinó el profesor DaCosta, tras señalar que de la extensión del metro depende gran parte del éxito del evento. Hoy en día, apenas un 30% de los habitantes de Rio utiliza el transporte público, y a partir de los Juegos esa cifra subirá a 66%, estimó.

 

- Seguridad redoblada -

 

Garantizar la seguridad en esta ciudad con un fuerte historial de violencia donde hay un promedio de más tres asesinatos diarios -a los que se suman los muertos por balas perdidas, sobre todo en las favelas- es otro enorme reto.

La tarea estará a cargo de 85.000 efectivos, el doble que en Londres-2012, y será la mayor operación de seguridad en la historia del país.

Pero el gobierno y los expertos creen que turistas y atletas pueden estar tranquilos, ya que Rio tiene experiencia en la organización de megaeventos donde no se han registrado mayores problemas.

"Nosotros hicimos una Copa del Mundo segura. Si fuimos capaces de garantizar la seguridad en 12 ciudades, somos capaces de garantizar la seguridad en una ciudad", sostuvo Rousseff.

Unos 52.000 asesinatos son cometidos cada año en Brasil.

 

- Olimpíadas "baratas" -

 

El expresidente Luiz Inacio Lula da Silva consiguió en 2009 que Rio fuera designada sede del mayor evento deportivo mundial, deseoso de consolidar a Brasil como potencia emergente.

Pero hoy Brasil está lejos de la bonanza económica que parecía augurar unos fastuosos Juegos: la economía apenas ha crecido en los últimos cuatro años y se contraerá casi 2% en 2015.

La crisis política planea sobre el gobierno de Rousseff, debilitada además por un megaescándalo de corrupción en la estatal Petrobras que afecta a su partido, mientras la oposición pide que el Congreso le haga un juicio político.

Para evitar protestas contra excesivos gastos públicos como las que precedieron el Mundial-2014 y adaptarse a estos tiempos de vacas flacas, la escala de las obras de Rio-2016 ha sido recortada. El presupuesto de casi USD 12.000 millones es algo inferior al de Londres-2012 y mucho menor que el de Pekín-2008.

"Estas serán las Olimpíadas más baratas de la historia", dijo el alcalde de Rio, Eduardo Paes.

Las autoridades prometen que el presupuesto, financiado con fondos privados en un 57%, será respetado. Y garantizan que no habrá "elefantes blancos" porque los estadios serán transformados en escuelas o centros de entrenamiento.

Una gran protesta nacional contra Rousseff está prevista el 16 de agosto. "Hoy lo que incomoda a la población no son los Juegos, es el propio gobierno", sintetizó DaCosta, el experto en Olímpiadas.