Las siete claves del retorno de Rafael Nadal

Después de tres años de sequía, Rafael Nadal volvió a ganar Roland Garros, una victoria, la décima, que se explica con siete claves.

1.- La ausencia de lesiones

Nadal lo repite siempre: si entrena a tope, juega a tope, si tiene lesiones que le impiden entrenar, su juego se resiente. En 2017 no ha tenido problemas físicos y es el jugador que más partidos ha jugado, lo que ha mejorado su nivel y su confianza.

2.- Nadal vuelve a asustar

El mallorquín llegó a París con una única derrota sobre tierra batida. Tras haber bajado el nivel, volvía a ser un seguro sobre su superficie predilecta. Los rivales, que le habían perdido algo el miedo, volvieron a sentir que ganar a Nadal era una gesta y eso ya le daba una ventaja psicológica.

3.- La incorporación de Carlos Moyá

Tras toda una vida entrenado por su tío Toni, Nadal decidió dar un nuevo impulso a su carrera de la mano de su amigo Carlos Moyá -campeón de Roland Garros en 1998-, aire fresco que ha modificado algunas pautas tanto en el juego como en la planificación de la temporada.

4.- Un saque y un revés mejores

La principal evolución en su juego reside en su servicio y en su revés, que ha modificado para que sean más efectivos. Nadal ya no tiene el físico de sus primeros años, no llega a todas las bolas como antes, necesita otros recursos. Su tenis es más técnico y menos físico.

5.- La motivación nunca falta

Nadal es una bestia de motivación y siempre tiene un reto por delante. Entrena más y con más intensidad que ninguno de sus adversarios y se vuelca al cien por ciento en sus objetivos.

6.- Sus rivales no estaban en el mejor momento.

La rivalidad que ha mantenido durante años con el suizo Roger Federer, primero, y con el serbio Novak Djokovic, después, le han llevado a mejorar mucho su tenis, pero también le han privado de algún título. El primero no jugó Roland Garros para centrarse en la temporada de hierba y el segundo atraviesa un bache mental.

7.- Una mejor alimentación

Nadal ha perdido algo de peso, su alimentación ha cambiado un poco, se cuida más. Eso se nota en un cuerpo menos musculado y más estilizado, que le permite una mayor movilidad.