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Éxito en novillada de Puente Piedra

Cierre redondo en la temporada de Puente Piedra, plaza alterna de Bogotá, con la novillada que conjugó los elementos para que la gente disfrutara, una muy buena asistencia de público, un envidiable encierro de Mondoñedo y la puerta grande de dos de los jóvenes actuantes.

Una vez más Puente Piedra se lució en la organización de los festejos taurinos a escasos 30 minutos de la capital colombiana que concitó el interés de los aficionados que llenaron el coso en dos tardes y en la novillada, arriba de la media plaza, marcaron el deseo de los taurinos de vivir su fiesta.

El encierro de Mondoñedo, bien presentado y de gran juego, pues cinco de los seis lidiados, bravos y encastados, propiciaron las buenas actuaciones de la terna de espadas. Novillos recargando en el caballo, con temperamento en la muleta, fijos y repetidores, al sexto se le concedió la vuelta al ruedo.

Guillermo Valencia, solvente, correcto en la interpretación de las suertes, de buenos muletazos, pero sin carisma y sin motivar al público que en últimas no se metió en su seria actuación, mejor dicho, no conectó. Muchos fallos con la espada.

Andrés Manrique, alegre, dispuesto, con mucha actitud en el ruedo, comprendiendo las embestidas del mejor lote de la tarde.

Joaquín Galdós, acierto de la empresa en su contratación, es ya un matador en ciernes. Está muy puesto, con buen sentido de la lidia y finas maneras que consignó con muleta abajo y conexión pronta con el público. Este novillero peruano, uno de los punteros en Europa, tomará la alternativa en la plaza francesa de Ístres, con toros de El Pilar, de manos de José María Manzanares y López Simón de testigo.

Guillermo Valencia, silencio y silencio
Andrés Manrique, una oreja y una oreja
Joaquín Galdós, una oreja y dos orejas

 

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