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Lo de José Tomás, ni en la época del revolucionario Cordobés

Reapareció José Tomás en ruedos españoles después de dos años de ausencia y como siempre agotó los vuelos, los trenes, los restaurantes, los hoteles y salió a hombros con tres orejas y un rabo, en la plaza de Jerez. Es un torero único, es un dios en la tierra.

Al torero de Galapagar José Tomás hay que analizarlo en tres facetas: La Primera es la social. Su nombre convoca a todo el mundo, la gente se moviliza entorno a él y se agotan las reservas aéreas, las hoteleras, los restaurantes y todo en el sitio donde torea, la ciudad que elige para torear. Por ejemplo el día que decidió torear en Nimes-Francia, hasta en los municipios aledaños o vecinos, no se conseguía una habitación; tuvieron que poner vuelos adicionales y aumentar el número de vagones de trenes para el transporte de la gente. Algo así aconteció en Jerez de la Frontera en España, su más reciente actuación. La Segunda es la mediática. José Tomás se convierte de en centro de la noticia, de la información de radio, televisión y prensa, no pasa inadvertida su convocatoria para quienes le siguen o simplemente para quienes están enterados del acontecer diario. Es impresionante como los medios de comunicación especializados en lo taurino o no, se vuelcan a informar de la presencia del enigmático torero. La Tercera es la taurina. Lo podrán criticar que si las plazas no son de importancia, que si son de poca exigencia, que si el toro es más chico y más escogido, pero lo cierto es que su toreo es de verdad, es puro, es de esencia, es de quietud y sobre todo, lo más importante, que desconocen la mayoría, se los pasa muy cerquita, se arrima al toro. Esto de torear es arrimarse al toro, lo demás…es lo demás, es del montón. Ahora, la mano izquierda de Tomás es de encantamiento, es de arte de birlibirloque. Cuando cuaja un toro al natural, de frente, el mentón anclado al pecho, la cintura rota y la trayectoria larga y hacia adentro, con la embestida dejando rastro, pintando de escarlata el traje de luces del torero, porque no caben los milímetros de nada entre ambos cuerpos, es una fantasía, es el arte del toreo de todos los tiempos, el añejo, el clásico, el de siempre y eso es lo que motiva a verle y a seguirle. Su rostro refleja la dureza de la verdad con la que torea, en ella hay seriedad, tragedia y por eso, es un torero sin trampa, ni cartón.

En una ocasión me dijo el matador Julián López “El Juli”: “Lo que hace José Tomás es lo que quisiéramos hacer todos los toreros, torean cuando quiere, escoge la plaza, dice que toros lidiará y con quien alternará y cobra lo que quiere”.

El fenómeno José Tomás no se ha vivido en ningún momento de la historia del toreo mundial, ni en la época del gran revolucionario que fue en los años 60 y 70, Manuel Benítez “El Cordobés”, quien cobraba un kilo de pesetas en aquellos años que al cambio o mejor al peso, representaban un millón de pesetas.

Se sabe que José Tomás cobró el año pasado (2015), en su presentación en la plaza Monumental México, un millón de dólares y en el año 2008 en Madrid, en Las Ventas, también un millón de dólares. Casi siempre va por la toda la taquilla de ese día para él solo y en ocasiones, la taquilla y un porcentaje en el abono de la feria.

No tiene apoderados, el maneja todo lo de su carrera, de pronto se hace acompañar de un par de amigos que le organizan la agenda que él mismo define y uno que otro detalle.

Ahora Alicate y su feria de las hogueras, acaba de anunciar a José Tomás en su feria y en una hora de anuncio de apertura de las taquillas, se vendieron seis mil abonos, en una plaza que hace 15.000 localidades, es decir, en tan solo una hora de apertura de venta de los abonos, se agotó casi la mitad del aforo, en una hora, lo que indica que de aquí al 24 de junio, fecha en la que actuará José Tomás, estará hasta las banderas la plaza de Alicante para toda la feria.

Es un fenómeno, es caso único en la fiesta de los toros. Por eso andan detrás de él todos los empresarios, porque hablamos de la venta del abono de todas las corridas de la feria, no de boletería suelta, lo que indica que con Tomás en los carteles, el empresario asegura lleno todas las tardes. Por eso no importa pagarle lo que hay que pagarle y resulta siendo un torero barato, por los resultados abultados para las empresas y no como otros que cobran y no llevan a nadie a las plazas, esos resultan muy costosos.

José Tomás es un dios en la tierra para la tauromaquia.   

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