Cargando contenido

Pocos días antes del Mundial de Natación, Budapest sigue en obras

Omar Pinzón clasificó a la competencia que se celebrará en Hungría.

Pocos días antes del arranque de la decimoséptima edición del Mundial de Natación en Budapest todavía no están listas todas las instalaciones deportivas.

 

Y mientras que el Gobierno conservador nacionalista asegura que todo funcionará bien, la oposición liberal pide aclarar a qué se destinaron los más de 300 millones de euros de presupuesto.

Hace dos años, cuando la ciudad mexicana de Guadalajara anunció que no podía organizar el Mundial, Budapest se presentó y aseguró que en solo 24 meses podía construir toda la infraestructura necesaria para un evento que reunirá a unos 2.500 deportistas.

En las dos sedes del Mundial, en Budapest y en Balatonfüred, siguen habiendo obras, aunque los organizadores aseguran que las competiciones podrán comenzar esta semana sin problemas.

"Todo estará listo para el día de la inauguración", aseguró hoy ante la prensa Balázs Fürjes, comisario responsable del Mundial.

"Budapest se colocará en el mapa mundial", prometió Fürjes y agregó que este Mundial "unirá a todos los húngaros".

Repitió así los mensajes que viene proclamando el gobierno del primer ministro, el conservador nacionalista Viktor Orbán.

El presidente de la Federación Internacional de Natación (FINA), el uruguayo Julio César Maglione, también subrayó hoy en Budapest que las instalaciones "cubren todas las exigencias necesarias para lograr un éxito".

Para muchos -sobre todo en la oposición liberal- el gran interés del Gobierno en convertir este Mundial en un "asunto nacional" se debe a que este año Budapest retiró su candidatura para organizar los Juegos Olímpicos de Verano 2024.

La organización de este Mundial tuvo un lugar destacado en la prensa local en los dos últimos años.

Con especial atención muchos siguieron la constante subida del presupuesto, que pasó de 80 millones de euros (91,1 millones de dólares) iniciales a unos estimados 334 millones de euros (380 millones de dólares), según la prensa.

El Gobierno y los organizadores justifican el gasto con que se trata del mayor evento deportivo organizado en Hungría, y aseguran que las inversiones destinadas al propio Mundial no sobrepasan los 149 millones de euros (170 millones de dólares).

Eso sí, otros 270 millones se gastaron en "inversiones que se deberían haber realizado también sin el Mundial", según afirmó el ministro de Fomento Nacional, Miklós Seszták.

La mayor inversión se realizó en la construcción en el estadio "Aréna", con un coste estimado de 149 millones de euros (170 millones de dólares).

El portal de noticias mno.hu asegura que el 70 % de las licitaciones públicas acabaron en manos de ocho inversores, todo supuestamente "con muy buenas relaciones gubernamentales".

"Les une una vieja amistad con ministros o con el propio jefe de Gobierno", asegura la investigación de mno.

Los críticos destacan que uno de los más importantes escenarios del Mundial, la torre de salto en el río Danubio, costó 10 millones de euros, o sea, ocho veces más que hace dos años en el Mundial de Kazán (Rusia).

Por eso, la oposición pidió en el Parlamento que el caso sea investigado por una comisión especial, para aclarar porqué se ha subestimado en un principio los gastos y posteriormente cómo ha aumentado el gasto del Mundial.

"No hay informaciones transparentes que aclaren exactamente qué se ha hecho con nuestro dinero", señala el partido ecologista LMP.

Y el partido socialdemócrata Mszp, también en la oposición, estima que el gasto final del Mundial será de 480 millones de euros, lo que significa que antes de la primera competición "ya se ha alcanzado el primer récord mundial".

En esta nota