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Balotelli: "Si alguien me tira plátanos, yo iría a la cárcel porque lo mataría"

El futbolista italiano Mario Balotelli, convocado con su selección para la Eurocopa, señaló en una entrevista con la revista France Football que abandonará el terreno de juego si recibe insultos racistas de los aficionados.

El jugador del Manchester City, de 21 años, explicó que ahora reaccionará de manera diferente a cuando jugaba en el Inter de Milán, etapa en la que recibió insultos racistas durante un partido contra la Juventus en 2009 y él los ignoró. "Fingía no ver nada, quería jugar, era joven, tenía que haberle dicho (al árbitro) el racismo es inaceptable, no lo puedo soportar", explicó el joven futbolista, de padres ghaneses. "Si me volviera a suceder me iría del tereno de juego, me marcharía a casa, estamos en el año 2012, esto no puede volver a ocurrir", añadió Balotelli. Sobre el incidente que vivió en un bar de Roma, en el que unos aficionados le lanzaron plátanos, Balotelli señaló que los habría "eliminado" si la policía no hubiera llegado tan rápido al lugar de los hechos. "Espero que no vuelva a ocurrir, si alguien tira plátanos, yo iría a la cárcel porque lo mataría", comentó en la entrevista. Los temores sobre posibles ataques racistas crecieron esta semana después de que la BBC emitiera un documental en el que se mostraba a aficionados de ambos países haciendo el saludo nazi e imitando a monos para molestar a los jugadores negros. El Gobierno británico ha advertido a los aficionados de color y de minorías étnicas sobre el riesgo de ataques racistas, lo que ha provocado que las familias de los futbolistas de la selección, Theo Walcott y Alex Oxlade-Chamberlain, anuncien que no asistirán a la competición. Tanto Polonia como Ucrania han respondido a las acusaciones argumentando que el problema del racismo y de las bandas de extrema derecha es generalizado en Europa. Pero con el objetivo de anticiparse a cualquier problema durante la competición, la policía polaca detuvo el lunes a 42 personas, entre ellas destacados miembros de bandas de 'hooligans', sospechosos de estar involucrados en narcotráfico y extorsión. Desde la caída del Telón de Acero hace dos décadas, la extrema derecha ha encontrado en los estadios de fútbol de Europa del Este un lugar donde dar rienda suelta a su violencia.
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