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Marca en España: "Colombia dejó muy solo a Falcao"

Tras la derrota de Colombia ante Venezuela, los medios deportivos realizaron un análisis sobre el desempeño del combinado nacional y en especial sobre el comportamiento de Radamel Falcao García. <b>Marca en España escribió lo siguiente...</b>

Criticas a Pekerman por utilizar el sistema 5-5-1 *Los Cafeteros sintieron la ausencia de un segundo delantero en el arranque *También se trataba de un esquema que no había sido ensayado *De no haber sido por la mala noche de algunos referentes, hubiera podido funcionar Como si se tratara de otra eliminatoria, de nefasto recuerdo para los colombianos, una de ésas que les tienen apartados durante más de 15 años del Mundial, el 4-5-1 volvió a traer flashbacks de lo mal que suena ese número. No en sí por haber jugado igual a eliminatorias pasadas, porque este equipo demuestra clase y estar cerca de Brasil 2014. Sino porque algo quedó claro: a Colombia nunca le ha venido bien jugar con un solo delantero. Si algo debe sacar Pekerman en conclusión de este escollo es eso. Que su conocida valentía en ataque fue bien recompensada por los dioses del fútbol, con sendas goleadas y proezas que ya quedan en la memoria del hincha. Es cierto que no siempre se debe plantear la misma agresividad (esto al menos es cuestionable, si se es fiel a un estilo), pero también lo es que el tener muchos jugadores en el mediocampo no te asegura que te apropies de dicha zona de la cancha. Esto pasó en Venezuela. En el primer y segundo tiempo, con cada vez menos volantes, no se notó que el equipo perdiera radicalmente el mediocampo. Es decir, no era cuestión de cantidad, sino de táctica. Todo esto para decir que el esquema de un delantero era prescindible. No era necesario, por apropiarse del mediocampo (una idea en todo caso fundamental y valida que tenía Pekerman), utilizar los cinco volantes y sacar el segundo delantero. Con un 4-4-2 aplicado y cooperativo hubiera bastado. Con el mismo escalonamiento que se utilizó ante tantos otros rivales. El 4-2-2-2 tiene la ventaja de que es flexible y hay formas de evitar que el equipo rival ocupe los espacios estratégicos del terreno. En cualquier caso, lo de Puerto Ordaz sirve para que este equipazo siga en crecimiento. La lección de creer en la agresividad y no temer. El problema histórico de Colombia cuando se plantea defensivo y especula con el resultado. Cuando recibe el primer gol y no tiene el poderío en ataque para tomar revancha inmediata. Cuando sale dubitativo al campo, sin una idea clara entre atacar o defender (sin imponerse) y recibe un gol que lo obliga a cambiar todo su esquema para tratar de empatar. Colombia debe ser un equipo que imponga condiciones. Que no especule con el rival. Que lo respete, pero que en la cancha sea el que da las órdenes. Más en los partidos fundamentales, en los que le valen una clasificación. Así en el Mundial, donde todos los duelos son importantes y no se puede ser dubitativo. Por último también queda el sinsabor de que muchas individualidades, figuras ante Bolivia como Cuadrado y Macnelly Torres, no tuvieron su noche ante Venezuela, a pesar de demostrar ser fundamentales en el esquema del ex DIM. De haber respondido a la expectativa tal vez nada de lo escrito en este artículo valiera y hoy estuviéramos hablando de la proeza de los Cafeteros en Venezuela. Otro factor que vale la pena tener en cuenta. Cuadrado en la generación de espacios, en un partido que fue sumamente cerrado y que tuvo una mala actuación de su parte. Y de parte de Macnelly, el no lograr imponer (junto a James) un ritmo propio, pausa y elaboración entre el aceleramiento impuesto por la Venezuela de Farías. Y adelante, la opaca actuación del Tigre Radamel Falcao, que recordó al del más reciente Atleti de Simeone, donde se le ve bajando más de la cuenta a recibir balones y estar muy lejos de su 'ecosistema', el área. En esto, por supuesto, influyó la mala actuación de los volantes de segunda línea, pero por supuesto el hecho de que Teo Gutiérrez (o cualquier otro delantero) no le hacía acompañamiento por estar en el banquillo la mayor parte del partido. No por esto se debe crucificar un proceso que ha demostrado sobre todo calidad y que con el profesionalismo que lo caracteriza, muy probablemente aprenderá y se fortalecerá tras este escollo.
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