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Nasser Al-Khelaifi, presidente del PSG, junto a Nicolas Sarkozy en el partido ante Manchester United
Nasser Al-Khelaifi, presidente del PSG, junto a Nicolas Sarkozy en el partido ante Manchester United
AFP

La jerarquía no se compra

Tres eliminaciones consecutivas en la Champions marcan el perfil de un equipo como el francés.

Podrá tener el dinero que quiera y ser el más poderoso; fichar, al costo que sea, a los mejores jugadores y pagarles salarios estrambóticos; podrá tener el respaldo de los ‘petrodólares’, de la familia real catarí y de una chequera que parece nunca acabar… 

El caso del Paris Saint Germain marca el perfil de un equipo que, por más que tenga a Neymar, M’bappe, Cavani o Dani Alves, sigue asumiendo un rol secundario en Europa, si hablamos de la Champions, torneo del cual no ha pasado de los octavos.

Ya son tres ediciones seguidas quedando estacionado en esta instancia ante equipos como Barcelona, Real Madrid y ahora Manchester United, quienes impusieron su historia, su método y por qué no, hasta el temor que infunde la camiseta.

La jerarquía no se compra por más dinero que haya en el banco, como lo ha dejado claro el PSG en los partidos de vuelta. Los ‘culés’ le remontaron un 4-0 de la ida, los ‘merengues’ ni le dieron esperanzas y los ingleses aprovecharon cuanto error cometieron los franceses para darle vuelta a una eliminatoria que parecía perdida. 

Para ser grande de verdad se necesita eso que solo lo dan los años y que genera una mística profunda, teniendo incluso consecuencias en el actuar de un club frente a sus hinchas y la sociedad a la que pertenecen. Esto, visto así, no es un efecto que se consiga a corto plazo y a punta de chequera. PSG es un nuevo rico y gracias a su talonario ha podido reinar en Francia, pero hasta ahí. Ni mística, ni patrón de juego definido o, al menos, con jugadores surgidos de la cantera y con sentido del dolor.

Neymar, M’bappe, Cavani y Dani Alves conforman un camerino lleno de estrellas, pero también de egos. Quedar eliminado en unos octavos de la Champions es posible que se haya convertido en un accidente recurrente. No obstante, ahí está el jeque, el petróleo y un océano de euros dispuesto a solventar la tristeza. 

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Antena 2
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