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Ronaldinho en Colombia
Inaldo Pérez / Sistema Integrado Digital RCN Radio

PASIÓN EN VENTA

La distancia del juego al negocio se media por la avaricia.

Los negociantes encontraron en el fútbol una mina de oro, un santo grial llamado “pasión”. Bajo ese inexplicable, humano y trastocado concepto (Porque la “pasión” está cerca más del padecimiento que del apoyo incondicional) se encuentra la mejor herramienta de mercadeo, la empatía. Con empatía se vende hasta una tragedia sin importar la ética. No nos están vendiendo productos de consumo, nos venden “pasión”. Esa mentira alivia nuestra culpa interior.

Ronaldihno estuvo de visita en Colombia a modo de despedida del mundo del fútbol. En esos días de tránsito por el país jugó (a medias) dos partidos, fue imagen de una marca de automóviles y almorzó con algunos hinchas. Ese almuerzo tenía un costo por mesa de un millón de pesos, más de un salario mínimo. Usted hubiese podido reunir cinco amigos, dar una cuota de $200.000 por cada uno y tener el “placer” de compartir un espacio con un exjugador profesional. Una ganga.

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El anterior es un perfecto ejemplo de lo que el profesor y filósofo norteamericano Michael Sandel denomina “Sociedad de mercado”. Sandel la define como “un lugar donde casi todo está para la venta, es un sistema de vida en el cual el pensamiento y los valores del mercado pueden dominar cada aspecto de la vida, incluyendo aquellos que están fuera del dominio de los bienes materiales”. La pasión del fútbol es otro objeto  explotable por y para el mercado. 

Otra gran estrategia mercantilista de esta sociedad de mercado fue la decisión de las directivas  de Chivas de Guadalajara de vender fragmentos de césped del Estadio Akron. Las directivas quieren que sus “aficionados lleven la historia de Chivas hasta sus casas”. Pero, ¿realmente quieren darle un poco de historia a sus hinchas ó más bien quieren ganar dinero a costa de la pasión inventando una historia para justificar su voraz hambre de ingresos?  “Storydoing” puro y duro que llaman.

Una historia aún más insólita. Sir Alex Ferguson consiguió 38 títulos con Manchester United, eso debería bastar para mantener su legado. No obstante, en una sociedad donde todo se puede vender, algún demente ha decidido adquirir por casi 500 mil euros el último chicle que masticó el entrenador escocés en el fútbol profesional. ¿Para qué? 

Por último, un masivo caso de mercantilismo ha representado el cambio de nombres a los estadios. El arraigo generado por un nombre asociado a un campo de juego ha estallado en mil pedazos con la entrada de los auspiciantes. “Maine Road” hoy es conocido con el nombre de “Etiham Stadium, casa del Manchester City. Pocos recuerdan “Highbury”, pero sí al “Emirates Stadium” de Arsenal. Ali Samin Yen ha visto soterrada su lucha y su legado al frente del Galatasaray. El estadio de los 'leones' ya no lleva el nombre del fundador del club, ahora se conoce como el “Türk Telekom Arena”. 

Entonces, ¿somos los hinchas clientes enajenados dispuestos a vender nuestra dignidad por mostrar materialmente lo fieles que somos a un club? Probablemente. En el mercado en el que todo se vende, estamos comprando pasión a granel.

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