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Serena Williams: "Si fuera hombre, sería gay"

La tenista estadounidense Serena Williams, quinta mejor jugadora del mundo, ha compartido durante este Roland Garros algunos de sus sentimientos más íntimos, como su orgullo por ser negra o su convicción de que, de haber nacido hombre, sería gay.

"Nunca he querido ser un hombre. Me encanta comprar, vestirme... si fuera un hombre, sería gay. Me encanta ponerme tacones y vestidos ajustados y, además, me encantan los hombres", comenta la tenista en una entrevista publicada en "L'Équipe". La francesa Virginie Razzano, campeona júnior en 2000, infligió a la estadounidense Serena Williams, su primera derrota en la ronda inicial de un Grand Slam, al vencerla por 4-6, 7-6 (5) y 6-3, en la primera ronda de Roland Garros después de tres horas y tres minutos, y a la octava bola de partido. Razzano, 111 del mundo, fue la jugadora que el año pasado emocionó al mundo al disputar Roland Garros, una semana después de perder a su pareja y entrenador por un tumor cerebral. Entonces, situada en el puesto 304 del mundo, perdió por la vía rápida ante la australiana Jarmila Gajdosova por 6-3 y 6-1, pero rindió homenaje a Stephane, que le había acompañado sentimental y profesionalmente durante los últimos once años. Y prometió llevar siempre un collar que él la regaló, aunque hoy no lo lució. El público de la central de París recordó hoy este homenaje e hizo la ola en el comienzo del sexto juego del último set, cuando Serena estaba herida de muerte, tras haber dispuesto de una ventaja de 5-1 en el desempate del segundo set, a dos puntos de la victoria. Los aficionados hicieron temblar el estadio con sus golpes en los asientos dando ánimos a Razzano, que falló siete oportunidades, la primera con una doble falta infantil, para cerrar un partido que se convirtió en dramático, con la francesa con calambres. Veintitrés minutos duró el último juego, en el que Serena se agarró a la pista desesperada, mientras Razzano no encontraba la forma de apuntillar una victoria histórica. La estadounidense, campeona esta temporada en Charleston y Madrid, ganadora de 13 títulos individuales del Grand Slam, se quedó de piedra, se tapó la cara para secarse las lágrimas, cuando comprendió que esta no sería su tarde y que abandonaría el estadio Philippe Chatrier con la peor derrota en el bolsillo.
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