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Stephens: "Maddie es mi mejor amiga en el circuito"

Este domingo se jugará la final masculina donde estará el español Rafael Nadal.

La estadounidense Sloane Stephens capturó su primer título de Grand Slam al derrotar este sábado a su compatriota Madison Keys en sets corridos de 6-3, 6-0, en la final del Abierto de Estados Unidos de tenis, en Nueva York.

Stephens, número 83 del ranking mundial, se llevó el premio mayor de 3.7 millones de dólares por su victoria en el último grande del año contra su compatriota y amiga Keys, en la primera final entre estadounidenses desde 1998.

"Debería retirarme ahora", dijo Stephens. "Nunca podré superar esto, hablar de un regreso, las cosas solo tienen que unirse y las últimas seis semanas fueron realmente grandiosas", añadió.

La originaria de Florida regresó en julio tras 11 meses alejada del tenis a causa de una fractura por estrés en el pie, que le hizo caer al lugar 957 del ranking mundial.

La nueva campeona, de 24 años de edad, es apenas la segunda mujer no sembrada que gana el US Open, desde que la belga Kim Clijsters lo hiciera al regresar de un retiro para ganar el trofeo en 2009.

"Es increíble. Me operaron el 23 de enero. Si me dijeran entonces que ganaría el Abierto de Estados Unidos diría que es imposible, absolutamente imposible".

"Este viaje ha sido increíble y honestamente no lo cambiaría por nada del mundo", dijo la estadounidense, que concretó su triunfo en 61 minutos, con tenis preciso de sólo 6 errores no forzados, y la mayoría de sus tiros ganadores por las líneas.

- Mejores amigas -

La vencedora marcó el ritmo desde temprano, cuando logró el primero de sus cinco quiebres en el quinto game, para demoler a Keys en el último parcial con otras tres roturas del servicio y ocho de los 10 tiros ganadores que logró en el partido.

Aunque Keys peleó con fiereza los últimos tres puntos del campeonato, al final Stephens prevaleció cuando su rival envió largo por el fondo.

"Evidentemente no jugué mi mejor tenis pero al menos perdí frente a mi mejor amiga", declaró Keys, que también se recuperó camino a este torneo tras ser operada dos veces en una muñeca en 2017.

Al terminar el partido, ambas jugadoras se abrazaron red de por medio, y fue Stephens la que consoló a una llorosa Keys, aunque más tarde se las vio riendo juntas mientras esperaban por la premiación.

"Maddie es mi mejor amiga en el circuito", explicó Stephens. "Le dije que deseaba que hubiera habido un empate, voy a apoyarla sin importar lo que pase y ella me va a apoyar, pase lo que pase".

"Estar aquí con ella hoy es increíble, eso es lo que realmente es la amistad", indicó Stephens.

Después, la nueva campeona se fue a las gradas para abrazarse con su madre, que la llevó al tenis a los 11 años, y a su entrenador Kamau Murray.

Ni Keys (22 años) ni Stephens (24) habían alcanzado una final de Grand Slam, siendo sólo la séptima vez en la Era Open (desde 1967) que dos debutantes disputaban la final de un grande.

A pesar de ello, fue la segunda vez en tres años que esta situación ocurre en el US Open, después de que la italiana Flavia Pennetta venciera a su compatriota Roberta Vinci en la final de 2015.

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