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Consulta antitaurina entre el absurdo y el fracaso

La Alcaldía de Bogotá, por intermedio del secretario de Gobierno Miguel Uribe, suspendió la realización de la consulta popular antitaurina, por no tener los recursos ni la logística para hacerla. Lo que no tiene fundamento ni razón de ser, no sale bien y se convierte en fracaso.

La Alcaldía de Bogotá suspendió la realización de la consulta antitaurina, programada para el 13 de agosto, según fallo y ratificación de la Corte Constitucional, por falta de recursos económicos y logísticos para su realización.

La verdad es que un mecanismo tan noble como una consulta del pueblo, no puede ser utilizada para aplastar a minorías, como era el pretendido de quienes la propusieron.

Se sabe que el cambio de fecha, también es una estrategia del actual Alcalde de Bogotá, buscando mayor concurrencia a las urnas por parte de los antitaurinos, para hacerla conjuntamente con las elecciones de Congreso de la República, en marzo del año entrante, porque de realizarse en la fecha programada, no alcanzaría el umbral establecido por la ley de un millón ochocientos mil votos, para ser reconocida.

Ante una verdadera falta de seriedad y proceder antidemocrático, la propia Alcaldía fue la que fijo la fecha del 13 de agosto, fecha que ahora quiere modificar, con toda clase de argucias.

Al respecto la Corte se pronunció y expresó: “Esta Corte no puede proceder a autorizar, o no, la modificación de la fecha de la consulta popular definida por el mismo Distrito Capital", señaló al indicar que la fecha de agosto había sido fijada por la propia Alcaldía.

Enrique Peñalosa había asegurado que realizar la consulta en agosto le costará al Distrito $45 mil millones de pesos. Y consideraba que al realizarla en marzo próxima en las elecciones para Congreso, se podría reducir este monto.

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