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Lama de Góngora: “La torería del maestro Rincón me emociona”

El novillero sin caballos sevillano Lama de Góngora, máxima esperanza de la tauromaquia española en la actualidad por sus finas maneras y estético torear, expresó al programa radial ¡Los Toros! de RCN “que cada que observa los videos de las corridas del maestro colombiano César Rincón, se emociona y siente ganas de llorar”.

Lama de Góngora, joven sevillano que toma su nombre artístico de juntar sus dos apellidos de pila, pues su nombre es Francisco Lama de Góngora y después de darle muchas vueltas a cómo debería llamarse, sencillamente mientras decidían, la empresa de la Real Maestranza de Sevilla para publicar los carteles de las novilladas promocionales de éste verano de 2012, imprimió los carteles con sus dos apellidos “Lama de Góngora”, “así me anunciaron y así me quedo”, dijo el joven espada quien abrió la puerta del Príncipe con tres orejas cortadas. Lama de Góngora nació en el barrio arenales de Sevilla, no tiene en su familia antecedente de parientes relacionados con la actividad taurina, solo su afición que al natural le brota. En el momento lo apoderan Manuel Tornay y Santiago Ellauri, los mismos que llevan al también sevillano Manuel Jesús “El Cid”, desde hace 12 años y que por el momento lo tienen concentrado en la finca de éstos. Lama de Góngora dijo que se fija como torero en “El Juli”, Morante de la Puebla y José María Manzanares, pero que por estos días estaba viendo videos de César Rincón y que lo que más despiertan en él, es una gran emoción, al punto que siente ganas de llorar, por el valor y la verdad con que torea el maestro colombiano. He repetido muchas veces la faena de César Rincón al toro “Bastonito” en Madrid, también las actuaciones del maestro en Sevilla y por último apostilló: “Rincón es un verdadero maestro”. El sevillano se mostró muy interesado en venir en el invierno europeo a Colombia, de la que sus apoderados le han hablo maravillas. Lama de Góngora, el pasado jueves 19 de julio, abrió la Puerta del Príncipe al cortar tres orejas en un festejo sin picadores, lo que no sucedía hacía muchos años en la plaza de La Maestranza de Sevilla. Desde ese instante, sonaron alarmas de algo grande para Sevilla, para la tauromaquia y el mundo de los toros. Quienes le vieron dicen que se trata de un privilegiado del toreo.
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