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Mano a mano ganadero lo ganó La Carolina en corrida accidentada

El mano a mano entre los hierros de Ernesto Gutiérrez y La Carolina, en la temporada de Medellín, lo ganó la ganadería antioqueña de La Carolina, en una corrida muy accidentada, incluyendo las tres cornadas que sufrió el banderillero Rodrigo Arias “El Monaguillo”. Los toreros "El Cid", Castella y Luís Bolívar, salieron a hombros.

En la plaza de La Macarena de Medellín con tarde soleada y media plaza en los tendidos, se llevó a cabo el mano a mano ganadero entre el hierro caldense de Ernesto Gutiérrez (encaste Murube-Santa Coloma) y el antioqueño de La Carolina (encaste Parladé-Domecq), lo ganó éste último, con un toro de vuelta al ruedo y otro, el quinto de la tarde indultado, toro que no mereció tal decisión pues le faltaron muchas características de toro excepcional. Manuel Jesús “El Cid”, una oreja y una oreja Sebastián Castella, saludo desde el tercio y dos orejas simbólicas por indulto del toro Luís Bolívar, dos orejas y silencio. “El Cid”, torero de Salteras Sevilla, de personalidad dulce y amable, refleja en el ruedo su don de gentes y nobleza de corazón. Esto porque el trasteo de su muleta fue lento, suave y templado en ambos toros. A veces a Manuel Jesús le hace falta un poco de más conexión con el público, pero cuando se enrabieta y despercude, El Cid marca diferencia. Sebastián Castella, el mejor torero francés de todos los tiempos y quien por su estilo necesita de estar siempre en ritmo, no parar, demostró que este es un buen momento en su carrera, en la que se exige mucho, porque es perfeccionista. Torea hacia adentro, mano baja y nervios de acero, pues su valiente accionar no tienen discusión. En Medellín realizó faenas de principio a fin, es decir, fueron coherentes, bien estructuradas, ligadas y estéticas. Luís Bolívar, el colombiano, tiene oficio y conocimiento de la tauromaquia, de su técnica y del toro. Estuvo en la capital antioqueña con gran altura, nunca sin desentonar, ejecutando muletazos de mucha valía que el público de Medellín en ocasiones contradictor del colombiano, se entregó y reconoció la buena labor. En todo la corrida estuvieron presentes los accidentes, el banderillero Jaime Mejía, fue cogido en dos oportunidades, sufriendo traumatismo muscular en su pierna derecha; el también banderillero Ricardo Santana, también lo prendió uno de los toros y quedó con luxación del tobillo derecho; el matador Luís Bolívar fue arrollado por su primer toro al intentar ejecutar una puerta gallola, lo que le produjo un fuerte golpe en la cabeza y lo más grave, las tres cornadas sufridas por el banderillero colombiano Rodrigo Arias “El Monaguillo”, una en el glúteo, la otra en la pierna y la tercera en el recto. Fue trasladado al hospital San Vicente de Paul de la ciudad de Medellín. ¿Corrida triunfal? No lo sé. Pues quedó un sin sabor, ya que si bien es cierto se vieron cosas y actuaciones buenas, se cortaron seis orejas y los tres toreros a hombros, me parece que hubo exageración en la concesión de algunos trofeos, lo que no pone en un plano serio las decisiones del palco presidencial y lo que si está muy claro, es que el quinto toro nunca, pero nunca era de indulta, porque no por el hecho de que un toro tenga movilidad y embista, entonces es de indulto. Esa es la condición de los toros bravos, los excepcionales, los de los indultos, son otra cosa, eso si queremos respetar y conservar por buena tónica, nuestro campo bravo.
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